La Felicidad Interior Bruta

Hoy ha sido un gran día para mí, el optimismo me ha inundado. He tenido la evidencia de que la semilla está sembrada, solo tiene que germinar, crecer, vencer a los insecticidas y contaminantes, ganar la batalla contra los parásitos y alimañas, protegerse del granizo y la nevada intensa, de la feroz sequía, y continuar con perseverancia su camino. Muchos son los peligros que tendrá que sortear, y además hacerlo en una carrera contrarreloj. El tiempo se acaba, la belleza y la verdad que esa semilla lleva en su interior se podrá manifestar en una preciosa flor si los depredadores no lo impiden.

Esa semilla es la de una utopía hecha realidad, un sueño plasmado en la sociedad actual, lo que algunos veíamos solo posible en futuras generaciones puede ser visto en el siglo XXI. Sin duda un brote de esperanza en este mundo egoísta donde el dinero impone su ley.

BHUTAN, un pequeño país en medio del paraíso, que ha permanecido inalterado arraigado en sus costumbres ancestrales, ha logrado el milagro de llevar a la práctica un sistema de gestión donde la felicidad de sus habitantes tiene más peso que el poder. Y para ello, han cambiado el indicador principal que regula las políticas de actuación. En cualquier país del mundo éste sería el PRODUCTO INTERIOR BRUTO, el famoso PIB, mientras que en Bhutan es el FIB: FELICIDAD INTERIOR BRUTA. Sí, estáis leyendo correctamente, no es ninguna fábula. Su gobierno ha creado este concepto para usarlo como medible principal para de ahí irradiar todas las políticas de actuación. En las noticias de tve2, cuyo enlace adjunto, podéis recibir de primera mano todos los detalles para satisfacción de aquellos aspirantes a un mundo mejor, más justo, más equilibrado, donde la riqueza sea un medio para la vida y no un fin, donde los que tienen más ayudan a los que tienen menos y donde la felicidad se comparta.

 

Podréis comprender mi satisfacción al comprobar que existe un lugar en el mundo donde ese sueño está hecho realidad. Como no puede ser de otra manera es un país totalmente volcado con la sostenibilidad, productor de energías limpias, donde la educación y la sanidad son gratuitas, donde se vive en perfecta armonía con el universo y nuestra madre naturaleza. El turismo también es una importante fuente de ingresos, se realiza bajo un estricto control para evitar el abuso y deterioro del país debido a esta causa.

Sin embargo, el peligro acecha. Este paraíso se abrió al mundo en el año 1970, y desde entonces el gobierno está luchando por equilibrar el mantenimiento de sus costumbres frente a la innovación. Pero con ello, la televisión internacional e Internet han llegado a todos los hogares provocando alienación, que se aparten de su realidad inmediata y elevando las expectativas a un mundo lejano lleno de fantasías y pasiones. Muchas son las heridas que esto está dejando en el país, entre ellas un aumento de la prostitución, el alcohol y las drogas.

El gobierno es consciente de este problema y avanza prudente, en una mano esgrimiendo la varita mágica que puede cambiar el mundo y en la otra portando el escudo que evite que el mundo los fulmine a ellos.

Sin duda un cuento donde claramente podemos identificar al rey, al príncipe y al dragón.

BHUTAN ha establecido muy recientemente relaciones diplomáticas con España.

El Honorable Lyonchhen Jigme Thinley, Primer Ministro de Bután, vino en octubre del 2010 a Madrid, donde se entrevistó con el Rey, y participó en el I Congreso Internacional de la Felicidad. 

Algo se mueve, y España está ahí cerca. Solo si los gobernantes se impregnan de estos ideales podremos realmente cambiar el mundo.

En estos momentos, cuando vemos a un dirigente como Gadafi matando a sus conciudadanos por aferrarse al poder, es enormemente esperanzador desviar un poco la mirada y observar al monarca de Bhutan que abdicó del poder absoluto para crear una monarquía parlamentaria, por iniciativa propia, como visión de igualdad y de única forma de prosperidad. El egoísmo frente a la falta de él. La búsqueda del poder para uno solo frente a la búsqueda de la felicidad para todos.

Estoy convencido que algún día, por pura supervivencia de la humanidad, el mundo entero será así.