viernes, 28 de enero de 2011

ANANDA

Por JM Relinque,

El coche se mece sin compasión al sortear los agujeros del camino, las intensas lluvias de los días pasados se han encargado de que así sea. Mi madre se queja en cada bamboleo y yo intento serenarme para que tales lamentos no me angustien.

Cercana a los ochenta años, plagada de dolores por la artrosis y diversas afecciones musculares, con una dolencia cardiaca que la hace depender del sitrón, y una alergia a la mayoría de los medicamentos, los médicos del seguro cuando la ven entrar suspiran y piensan para sus adentros: ‘y a esta mujer ahora que le damos…’. Desarmados de sus antibióticos y analgésicos,  pocos recursos les quedan salvo argumentar: ‘señora, que la edad no perdona…’.

De esa forma aquí nos vemos buscando a Eloy, un fisioterapeuta licenciado en medicina china, titulado en acupuntura, naturopatía y otras habilidades, entre ellas una que trae desde pequeño, su humanidad.

 Este señor abandona la consulta que tenía en Madrid y decide montarla en un lugar perdido de La Muela (término de Vejer de la Frontera), en un lugar donde lo único que se oyen son pájaros, en plena naturaleza, en un pequeño chalet al que llama ‘ANANDA’.   

Allí nos recibe y tras una larga conversación y una sesión de agujas, mi madre sale aliviada, y lo que es más importante, con la conciencia de haber encontrado a alguien  que la escucha y que la impregna de la alegría de vivir. Con la confianza de no estar sola, de conocer a alguien que puede ayudarla a disfrutar con un poco más de calidad sus últimos años de vida, mi madre suspira profundamente.

Mientras esperaba, leo un escrito que cuelga en la sala de espera, y que decía así:

“Ve plácidamente entre el ruido y la prisa, recuerda que la paz puede estar en el silencio. Sin renunciar a ti mismo, esfuérzate en ser amigo de todos. Di tu verdad, quietamente, claramente. Escucha a los otros aunque sean torpes e ignorantes; cada uno de ellos tiene también una vida que contar.
Evita a los ruidosos y agresivos porque ellos denigran el espíritu. Si te comparas con los otros puedes convertirte en un hombre vano y amargado; siempre habrá cerca de ti alguien mejor o peor que tú. Alégrate tanto de tus realizaciones como de tus proyectos.
Ama tu trabajo, aunque sea humilde; es el tesoro de tu vida. Sé prudente en tus negocios, porque en el mundo abunda la gente sin escrúpulos, pero que esta convicción no te impida reconocer la virtud; hay muchas personas que luchan por hermosos ideales; y dondequiera, la vida está llena de heroísmo.
Sé tú mismo. Sobre todo no pretendas disimular tus inclinaciones. No seas cínico en el amor, porque cuando aparece la aridez y el desencanto en el rostro, se convierte en algo tan perenne como la hierba.
Acepta con serenidad el consejo de los años y renuncia sin reservas a los dones de la juventud. Fortalece tu espíritu, para que no te destruyan inesperadas desgracias. Pero no te crees falsos infortunios. Muchas veces el miedo es producto de la fatiga y la soledad. Sin olvidar una justa disciplina, sé benigno contigo mismo.
No eres más que una criatura en el universo, no menos que los árboles y las estrellas; tienes derecho a estar aquí. Y, si no tienes ninguna duda, el mundo se desplegará ante ti.
Vive en paz con Dios, no importa como lo imagines; sin olvidar tus trabajos y aspiraciones mantente en paz con tu alma, pese a la ruidosa confusión de la vida.
Pese a tus falsedades, penosas luchas y sueños arruinados, la tierra sigue siendo hermosa. Sé cuidadoso, lucha por ser feliz.”
    
Inscripción fechada en el 1692, encontrada en una tumba de la vieja iglesia de S. Pablo de Baltimore.

Emocionado por la lectura, juego a imaginar como sería aquella persona del siglo XVII que se brindó a compartir tanta sabiduría de esa forma tan singular, pienso en su generosidad, en lo ingenioso de su manera de actuar al haber escrito como epitafio de su tumba tales reflexiones, probablemente enseñanzas de toda una vida, cuyo único fin fuese tratar de aliviar el sufrimiento de los demás en su camino. Puede que lo hiciera pensando en sus hijos, en sus nietos, o quien sabe, si en todos nosotros.

A ese sabio desconocido, sea hombre o mujer, en agradecimiento a su generosidad, os pido le dediquemos un recuerdo o una oración, pero que salga del corazón, como él lo hizo cuando escribió aquellas palabras.

Y de aquel sitio, con el gozo de acompañar a mi madre recuperada y mi alma un poco más serena, salgo y vuelvo a retomar los mismos baches que no sé porqué ahora ya no me molestan tanto.

Amanecer en Barbate
Teléfono de ANANDA: 956448596
EMAIL: anandasalud@yahoo.es

martes, 11 de enero de 2011

La leyenda de DARUMA

Tras una sesión de meditación, el grupo se sentó en reunión para generar ideas sobre posibles diseños de camisetas que sirvieran como ayuda financiera al centro. Como ejemplo, Manolín trajo una que había comprado en 'Tierra Zen' hace unos años, y sobre ella pudimos ver el dibujo que mostramos a nuestra izquierda.

Aunque todos los que nos encontrábamos allí pudimos relacionar el trazo con la figura de un señor meditando, Manolín bromeaba sobre algunos disparates con los que amigos suyos ajenos al ZEN habían llegado a identificar dicho dibujo.

Este hecho despertó mi curiosidad sobre el significado de esta silueta y tirando del hilo vaya si la madeja era larga:

En el catálogo de 'Tierra Zen' nos define el dibujo como una reproducción 'ZENGA' - nombre japonés con el que se conoce a las grafías que los monjes ZEN realizaban desde el siglo XVI - del patriarca BODHIDHARMA o DARUMA, mientras estuvo en el monasterio de Shao-lin.


El nombre "DARUMA" es la variante japonesa del nombre sánscrito "Dharma". Más concretamente, los significados, creencias, y la leyenda de Daruma se basan en el monje budista indio llamado Bodhidharma.
Para entender el significado del Daruma, debemos volver la mirada a la cultura popular japonesa y a la India de hace casi 2000 años.


Se supone que Bodhidharma nace en Pallava, un Reino del sur de la India, hacia el año 440. Fue el tercer hijo del rey Simhavarman, Bodhidharma ha sido descrito bien como un miembro del Brahman (la casta sacerdotal), o de la Kshatriya (la casta guerrera o gobernante). En cualquier caso, Bodhidharma fue introducido al budismo y más tarde estudiaría con el maestro budista Prajnatara. Después de ser discípulo de Prajnatara, Bodhidharma se convirtió en su sucesor, así como en el vigésimo octavo patriarca del budismo. Aunque las historias difieren, Bodhidharma pudo viajar a China bien bajo la dirección de Prajnatara o con motivo de una misión cuando ya contaba con más de cien años de edad. La fecha de la llegada de Bodhidharma difieren del 475 al 520, sin embargo, todas las historias parecen coincidir en que desembarcó en algún lugar del  sur de China.
Al enterarse de su llegada, el emperador Wu de la dinastía Liang invitó a Bodhidharma a una audiencia real. El emperador, tras haberse proclamado a sí mismo un ferviente profesor del budismo, pidió a Bodhidharma una explicación sobre el mérito de sus contribuciones religiosas. Bodhidharma abandonó aquel lugar tras haberle respondido con una explicación de su doctrina de la vacuidad y haber comprobado que el Emperador no entendió nada. Mientras la popular escena acaecía, Bodhidharma cruzó el río Yangtze en una balsa de cañas o juncos, dirección norte. Eventualmente llegó al monasterio del templo de Shaolin; y fue allí donde varios de los acontecimientos más legendarios asociados a Bodhidharma se llevaron a cabo. 


Probablemente el más notable de esos hechos fue el de la meditación que Bodhidharma realizó durante nueve años enfrentado a una pared de rocas, posiblemente dentro de una cueva. Sentado en meditación durante tan prolongado tiempo, Bodhidharma tuvo que luchar contra el cansancio y la somnolencia. En un arrebato de frustración, Bodhidharma se cortó los párpados para permanecer despierto. Se cree que las primeras plantas de té crecieron en el lugar donde cayeron sus párpados. A partir de entonces, los monjes, así como el resto de Asia, tomarían té como un medio para resistir el letargo y como ayuda en la meditación.
Otro aspecto importante de la meditación de Bodhidharma explica la forma como se le representa en la actualidad. Debido a que Bodhidharma permaneció inmóvil durante un período tan extenso, éste finalmente perdió sus brazos y piernas, se le secaron de no usarlos. Sin embargo, Bodhidharma fue capaz de permanecer derecho. Especialmente para los seguidores del Zen que creen que la energía personal reside justo debajo del ombligo, se ha atribuido como un logro de Bodhidharma el descubrimiento de esa fuerza interior. 


Aunque existen vestigios que el Zen había sido practicado en China durante cientos de años antes de Bodhidharma, sólo a él se le atribuye la introducción del mismo. En todo caso, Bodhidharma presentó un Zen propio, el Zen Mahayana. Según una fuente, este Zen era una "espada de sabiduría" con la que cortar y dejar " las mentes libres de reglas, trances, y escrituras sagradas". Otra idea sobre el Zen y Bodhidharma sugiere que Bodhidharma fue seleccionado como el patriarca del Zen con el fin de reforzar su legitimidad como secta budista real.
La presencia destacada de Bodhidharma en el templo de Shaolin ha influenciado también la creencia de que fundó un tipo de arte marcial, ahora conocido como kung-fu de Shaolin (China) o karate (japonés). Algunos afirman que durante la dinastía Tang, 618-907, el templo de Shaolin se hizo famoso por el grupo de monjes entrenados como guerreros para luchar solo con palos y sus propias manos. Considerando que Bodhidharma pertenecía a la casta de Kshatriya (guerreros), y que fue entrenado en artes marciales, es entendible que algunos crean ver en Bodhidharma el primer maestro de estos monjes guerreros. Una pretensión adicional sostiene que la enseñanza de kung-fu por parte de Bodhidharma fue otro medio para luchar contra el letargo que los monjes comúnmente encontraban durante la meditación y otras prácticas que requerían de inmovilidad. 


En cuanto a la muerte de Bodhidharma, hay registros que apuntan su muerte entre el 528 y el 534 dC, cerca del río Lo, o en algún área en el norte de China. Estos registros, sin embargo, también sugieren que tres años después de la muerte de Bodhidharma, un viajero, o funcionario, en Asia Central, vio a alguien parecido a él, portando un bastón y una sandalia, en dirección hacia la India. Después que el incidente se informara, se comprobó el supuesto lugar de enterramiento de Bodhidharma, la tumba estaba vacía a excepción de una sola sandalia.
Los japoneses, sin embargo, tienen un final diferente para Bodhidharma. Según esta versión, Bodhidharma viajó a Japón, una vez más, sobre una balsa de cañas o juncos a través del mar en el 613 dC. A lo largo de un camino, la historia cuenta, el príncipe Shotoku Taishi se encontró a Bodhidharma reencarnado en un mendigo. Después de haberle dado alimentos, bebidas y prendas de vestir, el príncipe regresó al día siguiente sólo para comprobar que había muerto. Hoy, en Oji, Japón, hay piedras marcando los lugares donde se dice que el príncipe y Bodhidharma se encontraron. 



En cuanto a la iconografía, Bodhidharma se ha representado de muchas maneras, incluyendo pinturas, esculturas, tallas, y templos. A lo largo de todas estas formas diferentes, sin embargo, Bodhidharma suele ser representado con estas mismas características: rechoncho, ojos sin párpados, cejas severas, nariz prominente, curva de la boca hacia abajo, espesa barba, y una capa (más a menudo de color rojo), que sólo revela su cara. La transformación de Bodhidharma a Daruma, sin embargo, parece estar dentro de los muchos usos y significados que los japoneses le atribuyen. 


El uso más notable del Daruma es el de símbolo de buena suerte y fortuna. Uno de los primeros usos del Daruma fue como amuleto para proteger a los niños de las enfermedades, especialmente la viruela. Se dice que es el rojo el color favorito del dios de la viruela y así el color predominantemente rojo de la capa  de Daruma le apaciguó. Al igual que el ‘Maneki-neko’, el gato que hace señas y trae fortuna, podemos también observar darumas en los escaparates, rótulos y publicidad en general. De igual forma es común encontrar al Daruma en el hogar, incluso utilizado como una figura decorativa. Se puede ver su imagen en artículos tales como juegos de té, juegos de sake, cuencos, platos, abanicos, palillos y soportes para los palillos.


Una de las formas más comunes de Daruma es el ‘okiagari’ (tentempié). Esta interpretación de Daruma es el de una muñeca sin brazos y sin piernas - en alusión a la historia popular. Estos darumas llevan un contrapeso en la base, y si se mueven en cualquier dirección, vuelven siempre a quedar derecho. Esta característica del Daruma okiagari es obviamente un símbolo de la proeza que Bodhidharma logró, al mantener con tanta determinación su posición vertical mientras meditaba incesantemente. Los nueve años de meditación de Bodhidharma y la capacidad del Daruma para volver a su posición derecha implican igualmente los valores de la perseverancia, determinación y éxito. Valores culturales fuertemente arraigados y que los japoneses tratan de inculcar a sus hijos, el Daruma okiagari ha sido un juguete popularmente usado por los padres para este fin. 


El Daruma otoshi (tirar al Daruma) es otro juguete popular japonés. Por lo general de madera, el Daruma Otoshi consiste en una pila de cinco discos gruesos y una figura de Daruma que se coloca en la parte superior. Con un mazo, el objetivo del juego es eliminar golpeando cada uno de los discos empezando por el de abajo hasta que sólo quede la figura de Daruma. Al igual que el Daruma tentempié, este juguete también simboliza la concentración, la paciencia y la resistencia atribuida a Bodhidharma. 

Otra de las formas más populares de Daruma es el de papel maché ‘me-nashi’ (sin ojos) o ‘me-ira’ (ponle los ojos). Una variación del Daruma okiagari, y casi siempre de color rojo, este Daruma se caracteriza por mostrar círculos blancos en lugar de los ojos. El propósito de esto radica en la creencia de que cuando un deseo u oración se realiza, se pinta una de las pupilas, si el deseo se hace realidad, entonces se pinta la otra de las pupilas. Esta práctica tradicional se atribuye al rito budista de ‘kuyo Kaigen’ (ceremonia de apertura de los ojos) en la que se atribuyen cualidades religiosas a una imagen budista. En la elaboración de tal imagen, los ojos se quedan como lo último en ser construido, la finalización de los ojos se comprende como el otorgarle a la imagen su espíritu.

El tamaño de este tipo de Daruma se corresponde con la importancia del deseo u oración. Un Daruma pequeño para pequeños deseos, y darumas grandes para las necesidades más serias. Estos darumas suelen ser acumulados a lo largo de varios años en los que deseos pequeños se pueden convertir en otros más grandes.
Llamado un "rito de paso político", el Daruma okiagari sin ojos es también ampliamente utilizado durante las elecciones. Desde los funcionarios locales al Primer Ministro, los candidatos suelen pintar un ojo en un daruma gigante con la esperanza de ganar las elecciones, a menudo se realizan grandes ceremonias para esto. En consecuencia, los partidos ganadores celebran ceremonias aún mayores para la culminación y pintado del  otro ojo del daruma. 

La presencia de Daruma deriva también en santuarios, mercados y festivales que están todos en honor y celebración de Daruma.

Los ‘Ichi’ Daruma (mercados) se suelen celebrar con la temporada de Año Nuevo, a partir de enero y duran hasta marzo. Dado que el Daruma representa la buena suerte, el Año Nuevo es el momento más popular en que se ofrecen como regalos. Además de los  Darumas okiagari, en el ‘Ichi Daruma’ se pueden comprar muchos otros modelos, como el ‘Daruma ema’.

‘Ema’, o tablillas votivas, diseñadas como Darumas, se utilizan para escribir su nombre y deseo y luego son llevadas a un templo de Daruma.
 
Uno de los festivales sobre Daruma más espectaculares es el Dairyu-ji, la quema anual de las figuras ya utilizadas. Alrededor del 18 de enero, se hace una hoguera gigante a la que se arrojan miles de figuras de Daruma. Si un Daruma ha llevado a la realización de un deseo, hay una suposición general de que la buena suerte del Daruma (en particular el tipo okiagari de papel maché) dura sólo un año. 

El Daruma se ha convertido en un elemento muy extendido de la cultura japonesa. No importa que sean utilizados por las creencias religiosas, políticas o culturales, el Daruma siempre transmite un significado positivo.

Comúnmente se haya escrito junto a la imagen de un Daruma el dicho: ‘nana korobi ya oki’ (se caen siete y se levantan ocho), el cual resume perfectamente la determinación, fuerza y éxito que Daruma trae a la vida.



Para escribir este artículo he realizado la tradución del inglés al español del sitio web:
http://www.mrslinskitchen.com/nljul02.html , y he adjuntado las fotos tras haberlas seleccionado de diversas páginas con el motivo de ilustrar más claramente la explicación.