La postura de Savasana es el interruptor que enciende y apaga la luz de la sesión. Suave y tenue, inunda la sala.
El ritmo de la clase comienza lento, sube, y termina de nuevo pausado, concentrado, y normalmente con unos buenos consejos para llevar a casa.
Las clases de Yoga con Lupe son una mezcla de sí misma, pues aprende impartiendo, recibe dando. Como ella confiesa sus alumnos son sus mejores maestros.
Lupe se formó en Hatha Yoga por la escuela Sivananda de Madrid, además es versada en ‘Terapias Alternativas’. Amplió posteriormente su formación en ‘Anatomía Oculta del Ser Humano’ en Chiclana. Hace ya tiempo que comenzó su propio camino y todos los que la conocemos nos beneficiamos de ello, porque con su luz nos alumbra a todos.
Nos invita a caminar juntos, por la senda que a veces recta y otras sinuosas, nos marca la vida. Para ello imparte sus clases en el Centro los lunes, miércoles y viernes, tanto por la mañana, de 9’30 a 10’30, como por la tarde, de 19’00 a 20’00.
Allí podremos practicar el Hatha Yoga, y un poquito más:
Donde los dolores del cuerpo y del alma
son confesados y atendidos, al menos escuchados.
Fielmente guardados en el baúl de los sentimientos encontrados.
Fondo de mar de corrientes sinuosas,
de aguas frías pero sanadoras
suben hasta lo más alto en aire contenida
y por fin revertidas al manantial de sabiduría
que inunda el ser en forma de lluvia revitalizadora.
Así los problemas de antes
se convierten en ganas de vivir el aquí y ahora.
Gracias Lupe, por hacerlo posible.