Centro Zen de Barbate
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miércoles, 6 de julio de 2016
Yoga en la playa Atlanterra - ZAHARA
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viernes, 10 de junio de 2016
Un masaje en un día cualquiera
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Por Cristobalina |
Hoy, como un día cualquiera, siento la necesidad de contaros mi experiencia vívida a través del con_tacto.
Hoy, como cualquier día, hace unos 20 años atrás, me adentré en el mundo del masaje; entonces no sabía a lo que iba en realidad. Lo que me venía era una profesión con la que hacerme un hueco en el mundo laboral, atrás quedaban otros proyectos más intelectuales y apostaba por una formación corporal-vivencial.
No ha sido fácil llegar a este “ darme cuenta”. Para qué, cómo, cuándo, dónde …cuál era la búsqueda?
Diferentes técnicas, estilos orientales, occidentales-europeos, masajes terapéuticos, relajantes, masajes en espacios cerrados, al aire libre, frente al mar…masajes en pareja…y un derroche de gente, de buena gente, de gente de pueblo, de gente urbana, extranjeros, amigos, que sin saberlo, como un día cualquiera, me confiaban su cuerpo para ser tratadas sus dolencias físicas o del alma, a la vez que yo curaba las mías propias.
Pasó mucho tiempo, pasaron muchos días, hasta que descubrí la necesidad tan grande que tenía de verme, de reconocerme, de encontrarme a través del otro, como si éste fuera un espejo dónde poder reflejarme y dónde , como cualquier día, poder reconocer al ser que soy …hasta ese día no supe el regalo que la vida me ofrecía a través del encuentro con el otro, en un reducido y a veces escondido espacio, surgía el encuentro conmigo mism@. Una experiencia nutricial, y amorosa.
Traía este legado del linaje paterno, de las mujeres que me precedieron en ese linaje, ellas eran curanderas, sanaban con sus manos, con su intuición, con su sabiduría innata, y con su hambre , de saber, su hambre de saberse alimentada en lo orgánico , en lo físico, su hambre buscavidas, su intuición estaba al servicio de su hambre por vivir, y como suele suceder ,en un día cualquiera, como preñada quedé de esa cultura, de esa fuerza, ante la que hoy me rindo y doy las gracias, como si hoy fuése cualquier día…
El masaje me ayudó a abrir los ojos, los ojos del alma, me ayudó a escuchar mi corazón, e ir estando cada vez más en la escucha del otro, me ayudó a ponerme en acción.
Hace unos años, recibía masajes cada semana… lo que aquello me despertó!!
La curiosidad, el deseo, el dolor, la palabra sentida, la impaciencia, la risa, la complicidad con la masajista, la escucha, viajes a tierras lejanas… (sensaciones, emociones, olores, sonidos, tacto). El masaje me daba la riqueza de saberme cuidada, en buenas manos, acompañada …sí amigos, sí, es un regalo, una ambrosía y un derecho que me brindo con todo el respeto hacia mí.
Cuidándome , puedo estar para ti.
Cuidándome te cuido.
Gracias a todas las personas que habéis pasado por mi vida, por mis manos, por mis salas, es un viaje sin retorno, al encuentro con uno, es un viaje que podría suceder cualquier día…
lunes, 14 de diciembre de 2015
El yogui en la cocina : Aloo gobi de coliflor
Por Lupe,
Ingredientes 4 personas:
4 cucharadas de ghee
½ cucharada de semillas de comino
1 cebolla en trozos pequeños
1 trozo de jengibre de 4 cm picado
1 guindilla despepitada en rodajas finas
450 g de coliflor en ramilletes
450 g de patatas en trozos grandes
½ cucharadita de cilantro molido
½ cucharadita de gram masala
½ cucharadita de cúrcuma, dará un tono dorado
Sal
Ramillete de cilantro para decorar
Derrite el ghee a fuego medio en una cacerola con tapadera, echa las semillas de comino y remuévelas unos 30 segundos hasta que empiecen a dorarse y desprender olor.
Añade la cebolla, el jengibre y la guindilla y remueve 5 o 8 minutos, hasta que la cebolla se dore.
Incorpora la coliflor y las patatas removiendo y añade el cilantro molido, gram masala, cúrcuma y sal. Remueve 20 segundos más.
Tapa la cazuela, baja el fuego y cocina a fuego lento removiendo frecuentemente, cocina 20 o 30 minutos, hasta que las hortalizas estén tiernas al pincharlas con un cuchillo. Comprueba que no se pega en el fondo, pon un chorrito de agua si lo ves necesario. Comprueba la sal y espolvorea con cilantro picadito.
Buen provecho
martes, 8 de diciembre de 2015
El Yogui en la cocina: Pastel de merluza y gambas
Por Lupe,
1 masa de hojaldre o quebrada
Salsa de tomate casera
1 puerro
1 chalota
14 gambas
1 filete de merluza
1 brick de nata de avena
4 huevos
Aceite de oliva virgen
Sal, pimienta y perejil
Pela las gambas y reserva las cabezas, en una cacerola con aceite de oliva sofrie la chalota y el puerro muy picadito, añade las cabezas y rehoga unos 8 minutos, aplastando con una cuchara y con cuidado las cabezas para que suelten jugo, corta en dados las merluza, retira las cabezas y añade la merluza, pon sal y cocina unos 10 minutos. En el vaso de la batidora pon el brick de nata de avena, los huevos, sal y pimienta y bate un minuto.
Desenrolla la masa y ponla en un molde redondo, echa en el fondo la salsa de tomate y reparte por encima el relleno de merluza y gambas, cubre con la crema de huevo y nata, espolvorea perejil fresco y al horno a 180 º unos 30, 35 minutos, pincha para asegurarte que ha cuajado bien.
Con esta medida tenéis para 4 personas.
Para acompañar, pela unos tomates que estén firmes en cubitos, desechando las semillas, pica cebollita fresca, cubos de queso feta, aceituna negras algo secas, tipo Marruecos, y hierbabuena. Aliña con sal, pimienta y aceite de oliva virgen.
Buen provecho.